lunes, 15 de diciembre de 2008

NIRVANA. El mundo está enfermo pero la anestesia es cada vez más eficaz.


Nuestro mundo posmoderno, percibido a través de los medios de comunicación, es una realidad construida, vendido como producto y sueños aspiracionales. En él, el ruido audiovisual sustituye la realidad misma y genera una fabulización de lo real que convierte a las ciudades en maravillosas vitrinas del consumismo de lo desechable y, a nosotros, en sus objetivos de mercado más deseables.


Emprendí mi búsqueda por el significado de Nirvana en la red y descubrí que el término Nirvana se ha concretado en el imaginario colectivo en forma de icono de la cultura popular: la homónima celebre banda estadounidense de rock, símbolo de la generación X.
En esta serie, Fernando Montiel Klint pone al descubierto el nihilismo de nuestra cultura contemporánea mediante sus tableaux vivants. Su Nirvana es una búsqueda personal por la quietud, la serenidad y la paz en medio del caos citadino. Es en pocas palabras, se trata de la evocación del silencio en medio del caos.


El fotógrafo se refiere al estado de cese de la actividad mental y al encuentro con nuestra naturaleza más profunda, refiriéndose al estado ideal que buscan las religiones orientales nunca experimentado y, que representa todo lo contrario de lo que vivimos diariamente.


En sus fotografías, Montiel Klint retrata jóvenes que intentan encontrar el Nirvana dentro de su contexto occidental, al interior de sus departamentos o escenarios urbanos, rodeados de artículos de consumo y de elementos iconográficos de la cultura popular. Sus imágenes representan la adaptación irónica de un concepto religioso dentro de una sociedad antirreligiosa y alienada a sí misma. Reinterpretando el Nirvana, Montiel Klint satiriza los estilos de vida contemporáneos y los lleva al absurdo.



Curaduría: Madlen Schering

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